Más de doscientos educadores reflexionan acerca de la labor educativa en las I Jornadas Pedgagógico-Pastorales que, con el lema “La misión de educar en tiempos revueltos”, tuvieron lugar el pasado fin de semana en el Centro Arrupe. Durante los dos días las Jornadas alternaban talleres prácticos con tres ponencias marco y una mesa redonda que puso la guinda al encuentro.
El profesor César García Rincón invitó a los asistentes en su intervención “a pasar del profe rollo que crea espectadores al profesor “claqueta”, capaz de generar espacios de aprendizaje activo”. García Rincón expuso algunas claves para llevar el emprendimiento social al aula y destacó la necesidad de “crear redes, involucrar a padres en los proyectos de voluntariado social”. Para el profesor resulta clave la actitud que tenemos ante los retos, la capacidad de superación y “resiliencia” como motores para impulsar la dimensión social en nuestra aula. Por su parte Carles Such, escolapio y director de la Revista de Pastoral Juvenil, reflexionó acerca de las claves de la pastoral “en tiempos revueltos”. Para Such la escuela católica está “desnaturalizada”. “Cualquiera de nuestros fundadores se echaría las manos a la cabeza viendo nuestros centros…” Such criticó el excesivo hincapié que hacemos en procesos como la calidad, la incorporación de la nuevas tecnologías o la preocupación por el plurilingüismo… “eso está muy bien, pero ¿dónde está la propuesta de vida de Jesucristo en nuestra escuela?…”, y reivindicó la labor humanizadora del docente. “Educar fundamentalmente hoy es humanizar. Todo lo demás es formar para el sistema capitalista en el que estamos”, explicó.
El filósofo Francesc Torralba por su parte, incidió en la necesidad de impulsar una “cultura del encuentro” en nuestro quehacer educativo. Torralba reivindicó volver a la reflexión sobre la finalidad de educar. “¿Qué motivos nos mantiene firme en la voluntad del educador? Porque argumentos en contra hay muchos…” y destacó los valores del educador como la voluntad, la destreza, la habilidad, o la capacidad de transmitir lo que sabe. En este sentido, Torralba destacó que educar “es también acoger la vulnerabilidad de los educandos, ayudando a su desarrollo personal”. “Nuestro sistema educativo no reconoce la dimensión espiritual de la persona”, afirmó el autor de “Pasión por educar”, para quien el fin de la escuela católica “no es adaptarse al sistema capitalista, sino rescatar a los marginados dotándoles de herramientas”.
Una mesa redonda con diferentes expertos puso el broche al encuentro. Participaron el mismo Francesc Torralba; el jesuita José Ignacio Rodríguez, director de la Escuelas San José; Irene Verde, profesora universitaria y Jesús Gallardo, profesor y pastoralista. En sus intervenciones abordaron desde diferentes perspectivas los retos educativos. Gallardo explicó que “educar y amar es lo mismo y ‘lo revuelto’ es nuestro pan de cada día y en ellos hay que moverse siempre”. Rodríguez por su parte incidió en la importancia de los educadores, “la cuestión pastoral no está en los métodos, el reto es la experiencia espiritual de nuestros agentes de pastoral”. Por su parte, la profesora de Pedagogía y Educación Social Irene Verde compartió la experiencia de los “profesores mentores”, aquellos con más experiencia que acompañan a los nuevos educadores y les guían. Los participantes coincidieron en la necesidad de “cuidar nuestro adjetivo”. “Sabemos mucho de escuela, pero ¿qué hay de nuestro adjetivo ‘cristiano’?”
Las Jornadas combinaron momentos de ponencias con una veintena de talleres prácticos en los ámbitos pedagógico-pastorales que abarcaron temas como las comunidades de aprendizaje, la metodología de las flipped classroom, las nuevas tecnologías, la competencia espiritual o la pastoral.
A continucación compartimos las ponencias de Francesc Torralba y César García Rincón